Barrenar la ola gigante o que te lleve la corriente

1) ¿Es así en todo lados? No importa mucho, pero creo que no. La sociedad argentina es un hervidero al que sólo se le pudo poner en caja con miles de muertos y un Estado sembrando campos de concentración o con una disciplina de mercado igualmente efectiva. Ninguna de las cosas esta hoy en disponibilidad de las clases dominantes. A esa escasez de «métodos» habría que agregar la particularidad de un doble desbalance: los sectores populares están geográficamente concentrados en pocos kilómetros y sindicalmente organizados en un nivel aún importante. No estoy diciendo nada nuevo, pero no está mal tenerlo en cuenta: es un escenario viejo, que entre otras cosas, produjo el 17 de octubre, y que hoy sigue teniendo cuerda. A eso hay que sumarle algo que el conflicto con Clarín mostró y ocultó a la vez: tenemos medios de comunicación hegemónicos, sí, pero también concentrados en esa misma geografía, que ayudan aunque no lo quieran a ese desbalance «popular». Una toma de tierras marca la agenda política nacional. En parte por su impacto mediático. Un referente social de una villa se convierte en un referente nacional en un par de días. Algo que tampoco es inédito: ya pasó con D´elía en el histórico corte de La Matanza a fines de los noventa. No deja de ser una disgresión, pero habría que tener en cuenta este elemento positivo de los medios argentinos. Al igual que la política nacional, los medios también tienen una elasticidad importante para incorporar lo que surge de abajo. Y, salvo excepciones, la actitud anti discriminatoria fue ampliamente mayoritaria entre los periodistas y conductores. En este sentido, tenemos que darnos cuenta que no fue un «nosotros» kirchnerista contra un «ellos» anti gobierno. Primaron los cortes ideológico-culturales, las sensibilidades humanas, la memoria «larga» de la inmigración europea. También el rechazo amplio al gobierno de Macri que le cuesta cada vez más ocultar una administración que como poco se puede decir que no hace mucho por Buenos Aires y su gente.

2) Quería marcar otra cosa: apareció un nuevo sujeto. En estos días se hicieron visibles por primera vez con fuerza los que habían quedado excluidos a pesar de las «tasas chinas» de los últimos años. Me acuerdo algo que decía un compañero hace muchos años, en pleno menemismo: «¿te das cuenta? antes, en los 60, los 70, la pobreza creaba militantes, ahora crea marginales». Las generalizaciones siempre son un poco falsas, pero esa resumía algo que era cierto. Y tal vez sea una de las explicaciones del menemismo. Los pobres de toda pobreza habían, por fin, sido doblegados y llevados hasta un nivel de exclusión donde la respuesta, la resistencia, era cobijarse como y donde se pudiera. «Aguantar», otra palabra símbolo de los 90. Tal vez eso, después de ocho años de un derrame injusto y en cuenta gotas, pero dónde algo se derramó para casi todos, ese mecanismo haya cambiado de nuevo. No sé si militantes (aunque ahí está la historia de mi nuevo héroe, Alejandro Salvatierra, que invita a pensar esta idea desde su propia biografía personal) pero la toma de Soldati parece mostrar que la etapa defensiva de los sectores más postergados llegó a su fin.

3) Lo cual es una alegría. Y un tremendo problema. Los excluidos son difíciles de sentar en una mesa. Sus representaciones no van a poder ser sintetizadas en un Concejo del Salario junto a la UIA. Es un actor que, paradójicamente, pide mucho menos que los trabajadores sindicalizados, pero lo hace de una manera más intempestiva, en tanto no se está jugando mejorar unos puntos de poder adquisitivo sino tener un techo, tener alimento, tener algo. El gobierno en ese sentido, no viene con grandes pergaminos. Le costó seis años admitir un error sutil pero crucial: la política económica es la mejor política social, pero no puede ser la única la política social. La Asignación Universal por Hijo es seguramente casi lo único que este sector de la sociedad recibió del Estado. Ahora piden tierra y casas. El gobierno va a necesitar reflejos infinitamente más veloces que los que tuvo con la AUH para que la ola no lo tape. En Soldati no terminó algo, empezó algo. Y Macri es sólo un capítulo menor. Por su evidente déficit de gestión, la Ciudad sea tal vez el eslabón más débil, pero más de un intendente del Conurbano debe estar pidiendo informes actualizados sobre su propio territorio.

4) El kirchnerismo parece condenado al destino común de los gobierno populares. A profundizarse. Más allá de las intenciones de sus conducciones. «Te doy la mano y me agarrás el codo» es una frase que se debe haber escrito miles de veces en un anotador de un despacho oficial, mientras el Ministro mira a su interlocutor. Cuando además esa reunión es, en definitiva, entre «compañeros», donde media un compromiso político por representar, las opciones del gobierno se angostan cada vez más. El kirchnerismo no quiere reprimir. Eso ahora parece significar sacarle la policía a Aníbal y dársela a Garré. Pero además Alicia deberá hacer las casas que no hizo, y Cabandié juntarse con Salvatierra a discutir de política. El kirchnerismo, para no retroceder, tiene que mejorar. Inevitablemente. Si en medio de tanta muerte y tanto bardo hay una buena noticia, creo que es ésa.

7 comentarios

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7 Respuestas a “Barrenar la ola gigante o que te lleve la corriente

  1. bueno fede, usté compañero tiene esa capacidad de ver lo que uno no, y sí, si la ola no nos tapa, es un muy buena noticia.

    Y ya que estamos, le daría gimnasia a los movimientos sociales compañeros.

  2. Pingback: La próxima década empezó en Soldati « El blog de Abel

  3. manolo

    Fede

    “En abril de 1973, Perdía, Quieto y Firmenich se reunieron con Perón en Madrid.
    Al respecto, Perdía escribió:
    “…(Perón) destacó que los próximos cuatro años debíamos utilizarlos para aprender a gobernar y asegurar un eficaz trasvasamiento generacional en el movimiento y en el país.
    Manifestó que asumía la responsabilidad de asegurar que, progresivamente, se nos fueran asignando crecientes responsabilidades.
    Argumentó sobre la necesidad de avanzar en la organización popular y (…) veía en las tareas de promoción social una manera eficaz para darle continuidad a nuestra organización. (…)
    El general Perón le manifestó en esa oportunidad (a Bidegain) la conveniencia de integrar a su próximo gabinete a algunos muchachos de la JP, para que se vayan acostumbrando a gobernar”.
    Notemos, en estas palabras relatadas por el propio Perdía, que Perón:
    1) aceptaba la continuidad de la existencia de Montoneros como tal aún después de establecido el gobierno popular y aún más allá del período constitucional de gestión peronista;
    2) nos ofrecía, como Organización, hacernos cargo del trabajo social (léase, el Ministerio de Bienestar Social el cual, ante nuestro rechazo, quedó en manos de López Rega) para construir organización popular lo cual, sin dificultad alguna, se interpreta como organización política.
    Trabajo social: construir barrios populares, armar cooperativas, desde abajo impulsar cultura, llegar hasta el último rincón del país y organizar a su gente.
    Esto, que constituye la mayor ambición de cualquier corriente política en el seno de una gestión gubernamental políticamente heterogénea, significaba, nada más ni nada menos, que fortalecer el crecimiento de nuestra Organización en las bases peronistas y, con ello, darnos una auténtica posibilidad de lograr, en cuatro años, la hegemonía política del movimiento peronista.
    Nos heredaba el movimiento, nos ofrecía el futuro porque, digámoslo de una buena vez, el presente era él, el propio Perón.
    La conducción nacional de la Organización, jamás informó a sus cuadros de esta oferta -político-estratégica en relación con nuestro futuro de cabo a rabo- la cual, por lo tanto, no tuvo oportunidad de ser debatida”.
    http://deshonestidadintelectual.blogspot.com/2009/05/cordobazo-poder-popular-y-el-peronismo.html
    Un abrazo

  4. horca

    Muy buen post. Y totalmente de acuerdo con las dos ideas: 1) apareció un sujeto, 2) hay que profundizar el modelo. Supuestamente los peronistas sabemos representar nuevos sujetos sociales… espero que los hacinados no se nos escapen.

  5. Excelente lectura. Abrazo.

  6. Pingback: La ola – La Radio Mak

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