No hay incoherencia

en algún punto. Muchos de nosotros, muchos blogs y mucho kirchnerismo progre viene a las puteadas por el derrotero de Proyecto Sur. Desde acá tratamos un par de veces de entender sus posicionamientos, de criticarlos más allá de las adjetivaciones fáciles. Tratamos de mostrar por varios wines los flancos débiles que dejaba tanta alharaca por izquierda y votaciones por derecha. Y de mostrar también la inconsistencia que implica la defensa cerrada de los procesos políticos latinoamericanos y la denostación del oficialismo local, cuando todos comparten límites y contradicciones muy semejantes. Sin embargo, hay también una explicación mucho más terrestre, mucho más materialista que explica el comportamiento y la ubicación dentro del espectro político del solanismo. Tiene que ver con su electorado real. Algo de esto se dijo en los días de campaña en 2009, cuando Pino crecía en las encuestas como loco y superaba ampliamente el modesto espacio tradicional de las izquierdas duras. Se señalaba que tenía mucho voto «antipolítica» que en otras ocasiones fue a la bolsa de Carrió, o incluso a la de Zamora (a todo esto, ¿dónde está este muchacho?). Hoy una lectura más mediada por el paso de los meses puede reafirmar alguna de estas cuestiones. Ciertos posicionamientos contra natura de PS (ojo, no confundir con el Partido Socialista….o sí?) se podrían explicar muy lógicamente en la necesidad de actuar -antes que por cuestiones ideológicas o programáticas- por el mandato que recibió de la ciudadanía: ser oposición. La excelente elección de Pino en junio del año pasado no fue la expresión de una suba en la lucha social capitalina, ni una crisis en la matriz ideológica de sectores medios que «descubren» la importancia de los recursos naturales (algo de esto sí, creo, había catapultado a Zamora como expresión del 2001, pero eso es otro tema) sino, más simplemente, la elección de un discurso vehemente, incorruptible y decididamente opositor. Que Pino sea un opositor por izquierda era y es -cada vez más- un agregado secundario, superficial y desdeñable por los votantes de entonces (veremos si lo seguirá siendo en la próxima campaña electoral, lo dudo). Por eso tiene mucha lógica que ahora su fuerza política piense en esos mismos términos: «¿Che, que hacemos con lo de Papel Prensa?» «Y, antes que nada, despegarnos del gobierno. Después vemos si podemos articular una posición que marque nuestras diferencias ideológicas con la derecha, pero primero lo primero». Lo mismo puede repetirse en otros tantos casos.  Cada uno es presa de sus votantes en esta democracia populista, gracias a dios. A Pino no lo votaron en el Conurbano, lo votaron en la Ciudad. Esa misma que se rehúsa a gobernar. Lo votó mucha gente que cree que Moyano es más peligroso y poderoso que Biolcatti. Si Proyecto Sur privilegiara sus plataformas programáticas, estaría traicionando a su base electoral concreta, visto idealmente. Y estaría enajenándose posibilidad de continuar por ese mismo sendero de aceptación social y potencial crecimiento electoral, visto materialmente. Alcira Argumedo militó toda su vida por la causa latinoamericanista, pero no la votaron para eso, ni por eso. La votaron para «ponerle un freno al gobierno», «para terminar con la locura», y así.  Solamente los que estuvimos en sus clases, o leímos sus libros nos hace ruido que sea útil a la estrategia opositora  de frenar el debate por Papel Prensa. Sus votantes      -al menos una buena parte- sienten que fueron escuchados.

20 comentarios

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20 Respuestas a “No hay incoherencia

  1. Ta fede, es muy cierto lo que decís, tal vez tampoco nos dimos cuenta que él hizo campaña para que lo vote esa gente, esa porción de votantes, pero si revisás los números, increíblemente no le quitó votos al Pro con respecto a la elección de Macri (no el Ballotage). En definitiva, creo que es cierto, si hay incoherencia es con aquel Pino asesor de Chávez y más aún con aquel Director. Pero con éste de las remeras verdes, ni una.

    Y eso es una verdadera lástima.

  2. Fabio

    En las bases de proyecto sur » dicen» que está escrito sobre la contaminacion sojera, pero Pino , se calla,traicionando a su partido, para ganar votos sojeros, …y asi seguimos, manipulando, especulando y no sabemos cual es el verdadero pensamiento de este farsante.

  3. eduardo j.

    Pero compañero,los militantes coinciden con las opiniones del sr Solanas.Si entras a un blog del colectivo,te sacan corriendo,acusándote de troll..Lo de hoy ,dando quórum y entregando el proyecto a las comisiones manejadas por Camaño y la mejor empleada en la de libertad de prensa,es casi de buchón y botón..Los que lo acompañan coinciden,no les den más vueltas eso es PS.Un siervo más de Magneto…

    • fedevazquez

      eduardo: es cierto! lo vivi en carne propia. Después hay autoritarismo de este lado. En verdad, más que echarme, nadie me contesto un apr de planteos muuuuuy tranquis de mi parte, en blogs dónde la regla es el «no comment». en fin, creo que más que nada, por esos lados falta mucho debate, debate que deespués se reclama afuera, pero que no se dan adentro. Al menos es forma virtual
      saludos

  4. horca

    Todo está bien en este post, salvo el título: sí hay incoherencia. Las bases partidarias de Proyecto Sur colisionan interminablemente con la táctica que emplean todos los días. Pero coincido con el enfoque general.

    Esto explica que Pino Solanas sea el reverso simétrico de Néstor Kirchner. Pino ya tenía compradas todas las credeciales progresistas, peronistas, populistas, antes de convertirse propiamente en dirigente político. Culturalmente, nadie podía dudar de sus convicciones, identidad, ideología, etc. Y el problema es que él también está perfectamente convencido de que la validación cultural del progresismo es una carta blanca para que nadie lo discuta en política. Como Pino se siente «por naturaleza» progresista, siente que tiene derecho a toda clase de maniobras oportunistas para captar al electorado, ya sea diciendo boludeces sobre Fibertel, sobre el autoritarismo kirchnerista, sobre tres árboles que crecieron torcidos en un cantero de Usuhaia, etc. Pino pertenece a la aristocracia progre, por lo tanto, no tiene niguna necesidad de demostrar su ideología con acciones políticas concretas. Puede girar a la derecha todas las veces que sea necesario para crecer en las encuestas o en las tapas de Clarín, y puede girar 180 grados, total, él «sabe» que es progresista, «sabe» que sus convicciones son intachables, «sabe» que su currículum está libre de toda sospecha. Incluso cuando no lo parezca, seguirá siendo nacional y popular, porque la sangre que corre por sus venas es celeste y blanca y peronista de izquierda.

    Kirchner, en cambio, tiene que demostrar todo. Nadie le cree que sea progresista, no hizo ninguna genialidad heroica en los 70, no hizo nada en los 80, no fue un disidente en los 90. Es lo que decía Storani en América 24, en una entrevista descontracturada: yo militaba en La Plata, Kunkel era un tipo influyente y Kirchner apenas sabía tocar el bombo. Faltándole sangre azul, faltándole títulos, Kirchner tiene que demostrar todo el tiempo que es «de los nuestros». Él no tiene los blasones ni el linaje de la aristocracia peronista, ni comunista, ni progresista. Pero tiene otra cosa: guita. Y una cabeza política espectacular. Y la sabiduría para reconocer que las orientaciones ideológicas están dadas únicamente de manera performativa, o sea, en la práctica.

    Kirchner es un empresario, Pino un aristócrata, y como siempre en la historia, gana el primero. El libertinaje táctico de Solanas llegó a promover un coqueteo con Carrió que tuvo que ser refrenado por la parte joven de la militancia del partido. Y son ellos, los jóvenes, los que aún no demostraron «culturalmente» su izquierdismo, los que pueden ponerle un dique a estas estupideces peligrosas, originadas en un sentimiento de omnipotencia cultural que no se traduce en política y que arruina a la política. Ellos tienen mucho que perder.

    • fedevazquez

      horca, tremendo. Un post lo suyo. abrazo

    • Excelente horca, excelente. En alguna ocasión escribí que en realidad a Pino no le importan en realidad los hechos, que se avance en el sentido que él propone, porque se quedaría sin películas para filmar. Y eso puede trasladarse a toda la izquierda nativa, a los que cortan el puente en Gualeguaychú y a muchos otros; no logran distinguir los medios de los fines y aquellos se transforman en el fin en sí mismo. Son utópicos en sentido literal: a la utopía nunca se llega. Y cualquiera que intente acercarse a ese horizonte tiene que ser por fuerza un impostor para los utopistas. «Nunca desees algo demasiado, porque podría cumplirse», o algo así.
      Abrazo a todos

  5. fedevazquez

    Manuel/Fabio: no me meto con las intenciones de Pino y cia. Es más, creo que sus intenciones son similares a las nuestras….pero las intenciones son malas consejeras a la hora de pensar la política. ¿Importa si Perón tenía intención a, b, o c, como tantas veces quieren discutir muchos? o importa lo que efectivamente transformó a la sociedad argentina, en términos de igualdad social? Lo mismo para este gobierno, y lo mismo para Pino, aunque con conclusión opuesta, claro. Por eso, fabio, surge esa divergencia entre plataforma y acción concreta creo. O traiciona a su militancia o a su electorado.
    saludos a ambos.

  6. Mariano

    Fede: estoy de acuerdo con lo que decís en el post. Le encuentro bastantes puntos de contacto con uno que colgué yo, sobre el «dilema de crecimiento» de las fuerzas «de izquierda» urbanas.

    Más allá de eso, hacer hincapié en ese punto puede ser fructífero. La potencia de la aparición de Solanas estuvo muy ligada al hecho de que era una voz que corría por izquierda al kirchnerismo. Si abandona ese espacio, pierde esa potencia y pasa a competir en un ámbito superpoblado (Carrió, Binner, Alfonsín, Stolbizer). Me parece bueno que eso pase.
    Un abrazo.

  7. que bueno lo suyo horca, espectacular.

  8. me gustaría difundir eso si no les molesta fede y horca.

  9. horca

    Difundí tranquilo, Manuel, en política no existe copyright. Cosa que, de paso, debería aprender todo el centroizquierdismo no kirchnerista, que vive tratando de cobrar por los proyectos que durante años, muchos años, juntaron, pensaron, lentamente, en grupos, en agrupaciones, en constituyentes sociales, y no llevaron a la práctica nunca.

    Siguiendo con el tema: si es verdad que un paracaidista inescrupuloso como Kirchner les robó todas las banderas para, oh espanto, realizarlas, entonces deberían hacer una gran autocrítica nacional en la que se confiesen, todos, culpables de ser extremadamente inocentes, extremadamente lentos, extremadamente fáciles de vencer, extremadamente inútiles para la tarea política realista, y en esa medida, peligrosos para el pueblo argentino.

  10. Ladislao Fokas

    La verdad que el post me parece excelente, pero si faltaba algo, el comentario de Horca es tremendo.
    Abonando en el mismo sentido: Qué cantidad de militantes tiene Proyecto Sur? Dado que no gestionan nada, ni una sociedad de fomento, al menos por ahora, no hay aparato ni capas geológicas de gestión ni nada. El punto es que puede haber más de un militante que no se banque esas contradicciones, pero los votantes son muy otra cosa, la gran mayoría. Pasa por todos lados, pero mientras no se tenga que responder a la militancia por los espacios, todo resulta testimonial. Testimonio para las cámaras. De TV y de las otras.
    Mis respetos a todos.

  11. Camilo

    acuerdo en todo. Ahora, llegado el ballotage Pino vs un K ¿a quién votan?

  12. Hola, Fede. No hay incoherencia sólo desde el 2008: en ese año sí hubo un fuerte cambio con respecto al electorado al que se dirigían. Hubo muchos que cortamos boleta y votamos CFK presidenta/ Lozano diputado y al año siguiente nos quisimos cortar las venas con una Manón debido a la postura de Proyecto Sur en el «conflicto del campo». PSur pasó de una postura bastante parecida a la de Sabbatella ahora a la oposición más dura. Saludos.

  13. Gran post y comentarios.

    Solanas y los demás de P. Sur también saben que si no aparece en Clarín, vuelven a los porcentajes tradicionales de la izquierda testimonial.
    Y el tema del financiamiento es un elemento a considerar.

    Saludos.

  14. Camilo: Está buena la pregunta. Por un lado, diría que es una elección poco realista, porque el centro del debate nacional no pasa por Pino y Kichner y no creo que la sociedad vote «los dos a la final». Pero si nos olvidamos de la realidad, si me ponés a los dos solitos, eligo a Kirchner. Néstor ya me probó que puede confrontar, que puede transformar cosas, etc. El otro tiene dificultades para mantener posiciones piolas estando en el llano, no quiero pensar si lo aprietan en serio. Al mismo tiempo, siguiendo con la ciencia ficción, si Pino gana y es presidente, lo apoyaría para que nacionalice el petróleo, haga los trenes, la Junta Nacional de granos, etc.

  15. horca

    Perdonen que me haya enganchado con el tema, pero acabo de ver por C5N que Pino Solanas «criticó las tomas en las escuelas», porque «podrían llevarnos al caos».

    La hipótesis del post de Fede se cumple religiosamente: Pino Solanas es un viejo de mierda. ¡Se opone a las tomas en los colegios! ¡Se opone a las tomas en los colegios! Este tipo no puede correr por izquierda a nadie. Es un viejo de mierda, precisando, un viejo de mierda de Caballito.

    Lozano, Argumedo, Merchán y todos ellos, simétricamente, son un fiasco y no tienen ideología, aunque tengan la fascinación por esos votos horribles que consiguieron girando a la derecha.

    Vuelvo a pensar en los jóvenes militantes de Proyecto Sur, los jóvenes militantes de Proyecto Sur, los jóvenes militantes de Proyecto Sur…

  16. Muy buen post y muy buen comentario de Horca.
    Creo que la posición de Proyecto Sur tiene 3 grandes errores conceptuales. Analizar intenciones y no iniciativas políticas (el famoso Intencionalismo ), criticar al gobierno por lo que no hizo (la AUH no compensa la falta de reforma agraria) y apoyar a su candidato por lo que es, un hombre con pasado intachable, y no por lo que dice o hace.
    Es una construcción política a la Carrió, que requiere de un gran apoyo mediático y por carecer de militancia territorial real, depende de los humores de la clase media de centro, tan cercana a las declaraciones absolutas como a las causas lejanas ( «salvemos al mapache plateado») que no le generan conflictos inmediatos.
    Es una acumulación política tan rápida como efímera. Pino debería conversar con Zamora, con Carrió y con el Chacho antes de tomarse demasiado en serio su poder político.

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